¿Cómo he llegado hasta aquí?
Todas mis relaciones acababan igual, ellas siempre se dan cuenta de que no soy lo suficientemente hombre y pasan de mí.
Me encontraba sentadoel banco de aquel parque donde nos besamos por primera vez, perdido en mis pensamientos. Acababa de descubrir que mi novia me engañaba.
¿Cómo lo supe? Noté que faltaba un preservativo en el cajón, era el último de la caja, así que fue fácil notar que ya no estaba ahí.
Cuando le pregunté, me dijo que ya lo había usado, con una sonrisa traviesa.
Me sorprendió mucho porque nunca antes me había confesado algo así. ¿Sexo con otro chico que no era yo? Me quedé sin palabras.
Sobretodo me dejó helado la sinceridad con la que lo confesó, como si fuera algo natural.
Le volví a preguntar por aquel preservativo al cabo de dos días por si había sido una broma, pero me contestó:
—¡Ya te dije que lo gasté! No lo tengo.
Al confirmar que era verdad, me sentó fatal descubrir que me había engañado.
Alguna vez había sospechado algo de ella, pero esta vez era verdad y había pruebas. Empecé a masturbarme pensado en aquello frecuentemente.
Quería seguir explorando esa sensación y que ella me diera más detalles de su aventura, pero se cerró en banda y dijo que no iba a volver a pasar, diciendo cosas como "fue una locura de una noche" y "no creo que encuentre otro como Marcos". Ese era su nombre, Marcos.
Cuando volvió a ser "toda para mí", las cosas empezaron a ir mal entre nosotros por nuestro sexo habitual de dos minutos.
Ella estaba bastante desinteresada en hacerlo conmigo y solo follábamos una vez a la semana, a veces menos, y realmente no parecía muy interesada.
Un día me explicó que dejó que Marcos se corriera en boca un día que había quedado conmigo e íbamos a vernos más tarde.
A mi todavia no me había permitido correrme fuera de un condón una sola vez, pero sí dejó que lo hiciera Marcos, lo que realmente me puso muy muy celoso.
Me hizo preguntarme si tal vez seguía engañándome a mis espaldas o quizás realmente quería más aventuras y estaba esperando a que yo le diera el empujón extra... debo admitir que esa era mi mayor fantasía.
Un día, mientras mi novia estaba tomando el sol en la piscina de mis padres (con un bikini rojo que realmente mostraba sus increíbles tetas), noté que su teléfono sonaba mucho.
Decidí echar un vistazo, ya que realmente no pensaba que nos ocultáramos nada el uno al otro.
—¡Vaya! no estabas bromeando con ese bikini. Por fin puedo vértelo puesto, mi polla ya se está poniéndose dura.
Espera un momento... pensé para mí mismo ¿qué está pasando?¿alguien está mirando a mi esposa en este momento mientras está en la piscina?
No me llevó mucho tiempo descubrir que era mi vecino... ¡Marcos! ¡Ese Marcos! Todo encajaba.
Apenas hablábamos entre nosotros, pero al parecer mi novia lo conocía bastante bien.
Me sumergí en el historial de mensajes y parece que durante la última semana las cosas habían sido muy intensas entre ellos.
Mi novia le decía cuándo estaría afuera en la piscina para que él la viera tomar el sol. Incluso compró ese nuevo bikini solo para él y le envió fotos de ella comprándolo.
Él le envió fotos de su enorme polla dura y mi novia le envió fotos de su mano dentro de ese mismo bikini de baño... nada demasiado explícito, pero aún así... definitivamente estaba pasando algo y tenía la intención de explorarlo con ella... pero ¿qué podía hacer?
Mirando por mi ventana de la primera planta pude ver a mi novia sonriendo mientras Marcos intentaba encontrar algo que hacer en su jardín trasero mientras le echaba miradas furtivas a mi novia.
Ella frotando su cuerpo... sabiendo que estaba siendo observada... joder, me estaba poniendo cachondo. Yo observaba todo esta situación desde una ventana del dormitorio de la primera planta.
Mi novia, con una sonrisa juguetona en su rostro, me escribió un mensaje diciéndome que había decidió invitar a Marcos a unirse a ella en la piscina.
Mientras tanto, yo me preparé para recibirlo en la puerta. Al abrirle, Marcos mostró una sonrisa cómplice y entró con confianza, como si fuera su propia casa. Lo guié hasta el jardín y la piscina donde se encontraba mi novia.
Una vez en la piscina, mi novia y Marcos se relajaron, charlaron animadamente y disfrutaron del sol. Mientras tanto, mi novia me llamó desde la piscina y me pidió que les preparase alguna bebida refrescante.
Con una mezcla de humillación, emoción y curiosidad, me dirigí a la cocina para preparar los tragos lo más rápido posible para no perderme nada. Me tamblaban las manos.
Mientras preparaba las bebidas, no pude evitar preguntarme qué más podría suceder ese día. ¿Qué planeaban mi novia y Marcos? Las posibilidades parecían infinitas.
¿Qué ocurrió a continuación?
Mientras preparaba las bebidas, no pude evitar preguntarme qué más podría suceder ese día. ¿Qué planeaban mi novia y Marcos? Las posibilidades parecían infinitas.
Al regresar con las bebidas, me sorprendió ver a Marcos aplicando crema solar a mi novia, que estaba tumbada boca abajo sin la parte superior del bikini.
[IMG:https://iili.io/FHqkEmb.md.jpg|En la piscina|]
Aunque me sentí un poco desconcertado, decidí mantener la compostura y les serví las bebidas con una sonrisa.
Mi novia, con una expresión de agradecimiento, me dijo:
—Gracias, cariño, eres el mejor novio.
Sus palabras me reconfortaron, pero aún así no pude evitar sentir una corriente de emoción y nerviosismo recorriendo mi cuerpo.
Decidí sumergirme en el agua para refrescarme y calmar mis emociones.
Mientras nadaba, intentaba procesar lo que estaba sucediendo a mi alrededor. La tensión en el ambiente era palpable y mis pensamientos se mezclaban con las sensaciones del momento. Dentro de la piscina podía disimular mi erección.
Mi novia entró al agua de la mano de Marcos.
Después de un rato nadando, decidí salir del agua, cuando ya me había tranqulizado. Seguía un poco ansioso por ver qué pasaba ahora.
Al girarme, vi a mi novia en una esquina de la piscina, de espaldas a Marcos, moviéndose sobre él con evidente excitación mientras su mano estaba claramente detrás de ella.
Al acercarme a ellos para ver qué estaba sucediendo, noté que mi novia y Marcos se detuvieron repentinamente en sus movimientos.
Mi novia, visiblemente disgustada por mi interrupción, se puso a la defensiva y me preguntó qué estaba haciendo.
Con sorpresa y confusión, le respondí que quería saber qué estaba pasando entre ellos.
En ese momento, mi novia me miró fijamente, se cubrió los pechos con un brazo y me dijo:
—De verdad te lo tengo que decir?—En ese momento supe que eran amantes y me lo estaban rebelando.
Ante mi incredulidad, le pedí que me explicara más.
Entonces, con una expresión desafiante, mi novia me pidió que me bajara mi bañador para comprobarlo por mí mismo.
La tensión en el ambiente se volvió aún más palpable.
Accedí a la petición de mi novia y me bajé los pantalones. Ambos empezaron a reírse a carcajadas. Confundido y avergonzado, no sabía cómo reaccionar ante la situación.
Mi novia, entre risas, me pidió que observara lo que ella llamó "una buena polla".
A continuación Marcos salió de la piscina, seguido por ella, quien se arrodilló frente a él sin titubear.
Me pidió que me acercara a ella y me arrodillara a su lado para ver la polla de Marcos más cerca. Volvió a descubrir sus pechos para usar las dos manos con la verga de Marcos.
Sin saber cómo procesar lo que veían mis ojos, observé con todo detalle mientras mi novia comenzaba a chupar la gran verga de Marcos, que ya era más grande que la mía aún sin estar dura.
La escena me dejó en shock, incapaz de articular palabra alguna mientras mi mente luchaba por entender la situación. Al mismo tiempo, notaba una erección tan fuerte que pensaba que iba a explotar sin tocarme.
Al cabo de unos 10 minutos de glorioso espectáculo, Marcos le avisó de que se iba a correr. Sin dudar, lo hizo sobre los pechos desnudos de mi novia, cubriéndolos enteramente con su semen blanco y viscoso.
La escena era surrealista, y yo me encontraba atrapado en un torbellino de emociones: celosm, humillación, excitación, todo a la vez.
Mi novia, con una mirada lujuriosa, recogió una gota de semen de Marcos y me pidió que lo probara edirectamente de su dedo y me lo acercó a la boca, lamiéndose los labios. Parecía que me estaba desafiando o poniendo a prueba.
Yo, en medio del shock y la confusión, no sabía qué hacer ni cómo reaccionar, pero mi mente estaba inundada de una mezcla de deseo y repulsión mientras contemplaba lo que Marcos le había hecho a mi novia.
Finalmente, decidí ceder a la tentación y probé su semen.
—Parece que le ha gustado—Dijo Marcos.
—¿Quieres probarlo de mis tetas ahora, cariño?—me preguntó.
Asentí. Quería saber si el semen en sus pechos sabía igual de bien. Sus pechos lucían muy ricos reluciendo por la leche de Marcos. Me moría por probarlos.
Ella sujetó mi cabeza y la acercó a sus tetas, moviéndola por todos los sitios que habían quedado cubiertos, incluso los pezones. Ella gemía de placer y yo no pude evitar acariciar ligeramente mi pequeño pene.
Para mi sorpresa, me encantó. Una oleada de excitación recorrió mi cuerpo todo el tiempo que estuve limpiándole las tetas y escuchando como gemía.
Mi novia, complacida con mi reacción, me pidió que limpiara todo el semen hasta el último rastro, y me dijo que podía masturbarme a la vez si quería.
Mientras seguía las instrucciones de mi novia, me corrí y experimenté una mezcla de placer y culpabilidad, pero me encantó.
Al acabar, Marcos me felicitó y me dijo que era un buen novio.
Después de limpiar todo el desastre de sus pechos, entramos a ducharnos los tres a la vez.