El becario virgen

Este mes han entrado nuevos empleados como becarios donde trabajo.

Comencé a charlar con un chico nuevo y era demasiado tímido. Me dijo que se llamaba "Luis" y que tenía 19 años. Era muy joven, más bajo que yo, delgado y con una cara adorable de niño. Era muy tierno.

Hablé con él y mostraba signos de ser virgen a todas luces. A veces, en nuestras conversaciones ni siquiera me miraba a los ojos. No tenía novia y le costaba hablar con mujeres. Aunque en ocasiones lo descubría mirando mi culo.

Llegó un viernes y varios compañeros organizamos un afterwork para ir tomar algo en un bar. Él no quería ir, pero prácticamente le supliqué  para convencerlo, porque quería divertirme con él.

Había algo en su inocencia que me volvía loca. Sabía que no se atrevería a decirme nada, pero se notaba mucho que me deseaba.

Así que fui directa y le pregunté qué esperaba de esa noche. Él me dijo que se estaba divirtiendo pero tenía que regresar como muy tarde a las 2 de la madrugada a casa de sus padres. 

Era la 1 de la mañana y le dije que fuéramos a mi apartamento. Se lo dije, no le pregunté, jaja!

Él estaba muy confundido. No le di tiempo para reaccionar: tomé mi bolso, lo cogí de la mano y me despedí de todos. Él me siguió sin protestar.

En el coche me preguntó varias veces por qué íbamos a mi apartamento. Le dije que íbamos a tomar la última copa, solo eso.

Entramos a mi apartamento y él estaba tan avergonzado que no se sentó. 

Le dije que se sentara y le ofrecí algo de beber, pero él se negó. 

Sabía que era el momento, que no se atrevería, así que me tomé chupito doble de tequila y me senté junto a él.

—¿Te puedo decir algo, Luis? Quiero hacerte una mamada—dije mirándolo a los ojos y él simplemente no se lo creía.

—Hmm...¿Por qué?¿No tienes novio?

Le dije que no importaba y toqué sus piernas. Le pedí que se desabrochara los pantalones y se sacara su polla mientras yo me hacía una coleta. Él se bajó tímidamente sus pantalones y su pene estaba... flácido! 

Lo senté a mi lado en el sofá, me arrodillé en el suelo y abrí sus piernas. Estaba visiblemente nervioso y respiraba agitadamente.

Comencé a lamer lentamente su pene flácido, y me lo metí en la boca para degustarlo. Él no me tocaba y miraba el techo, yo chupaba su polla y notaba como se iba poniendo dura en mi boca. A la vez notaba que él se retorcía un poco.

Bajé por completo sus pantalones y comencé a lamer sus testículos, cuando los lamía se contorsionaba, y le dije:

—¿Te gusta?—él solo rió nerviosamente.

—Me está gustando mucho. 

Seguí chupando su pene y todvía se iba poniendo más duro. Era una buena polla. Bien de largo, un poco delgada, pero estaba bien. 

Traté de hacerle la mejor mamada que pude. Puse mis manos en sus piernas y me tragué todo su pene, su pene entró en mi garganta y yo me atragantaba mientras trataba de sacar la lengua y lamer sus huevos al mismo tiempo. 

Cada vez que hacía eso, el chico dejaba de mirar el techo y se volteaba a mirarme y emitía algunos gemidos tímidos.

—Esto es realmente increíble. Eres increíble.

No me tocó mi cuerpo en ningún momento. Su pene estaba bastante firme y se retorcía con gemidos tímidos cada vez que me lo tragaba todo. Lamí sus huevos y su pene de arriba abajo. 

Tomé sus manos y las puse en mi cabeza, las dejó ahí tímidamente sin empujarme. Me alejé un poco y le dije que se pusiera de pie. 

Él se levantó tímidamente, puse sus manos en mi cabeza y le dije:

—Folla mi cara—, me miró sin saber qué decir.

—Yo... no sé, ¿seguro? No sé si es buena ide… 

—Fóllate mi cara!—le pedí firmemente.

—Vale—contestó.

Lo agarré firmemente por el culo y comencé a mamar su polla de nuevo, él me empujaba débil y tímidamente. Me miraba fijamente. Chupé con más intensidad y él tomó confianza, a veces me empujaba todo su pene y lo dejaba dentro de mi garganta durante unos segundos

Tomó más confianza y gemía más libremente:

—Oh dios mío... esto es genial!

Comenzó a follar mi garganta con más fuerza y me preguntó si yo estaba bien, asentí y él continuó. Después de unos minutos, me follaba la garganta tan fuerte y rápido como podía. Gemía fuertemente y disfrutaba metiendo toda su polla en mi garganta.

Apoyé mi cabeza en un sillón y le dije que follara mi garganta como si fuera algo normal, él solo dijo Vale. Metió tímidamente su pene en mi boca mientras se sostenía del sillón. Pero lo agarré por el trasero y lo empujé hacia mí. Él confió, dejó caer todo su peso sobre mí y literalmente estaba follando mi garganta.

Después de unos minutos, se volvió cada vez más intenso y sentía que me estaba ahogando, pero no me acobardé, él estaba tan perdido en el placer que no se daba cuenta.

Él solo dijo “Oh dios mío... me voy a correr!” 

Intentó retirarse torpemente, pero no iba a perder mi recompensa. Lo abracé con fuerza atrayéndolo hacia mí por las caderas. 

[IMG:https://iili.io/FY31poP.jpg|Imagen de historia||center]  

No había escapatoria. Intentó retirarse primero, pero cuando entendió que era lo que yo quería, dejó de resistirse.

Simplemente cayó sobre mí y sentí su pene palpitar fuertemente en mi boca, sentí su semen caer por mi garganta y sus huevos rozando mi barbilla. Luis estaba en el paraíso:

—¡JO-DER! ¡Eres increíble!

Fue una corrida de semen abundante y espeso. Respiraba agitadamente y sonreía, se apartó de mí y se sentó. Yo me senté y le agradecí la mamada, mientras lamía mis labios. Él me preguntó asombrado:

—¿Te lo tragaste? ¿Estás loca! 

Se puso los pantalones, nos besamos, bebimos agua y él admitió que nunca había tenido una experiencia así antes.

Estaba tan avergonzado y agradecido al mismo tiempo...

Antes de despedirnos, le pregunté si era virgen. Asintió tímidamente y se fue.