Esto es una confesión de una de mis últimas citas.
Nos conocimos a través de Tinder y nos encontramos en un bar. Nos emborrachamos bastante y nos fuimos a un rincón. Nos empezamos a besar.
Él me apoyó contra la pared y siguió besándome. Yo podía ver una cámara apuntando hacia nosotros, así que solo para divertirnos, me puse más tocona con él.
Al rato nos fuimos fuera y nos sentamos en su coche. Seguimos besándonos y mantuve mis manos en su entrepierna. Me di cuenta de que estaba duro como una roca dentro de sus pantalones y le iban a explotar.
Me senté encima de él y empecé a frotar mi cuerpo contra el suyo mientras lo miraba a los ojos. Mientras nos estábamos frotando, tenía mis tetas fuera. Se movían como locas y él seguía tocando una y chupando la otra.
No sé si era por el morbo de ser descubiertos o simplemente del roce en la zona de mi clítoris o qué, pero tuve un orgasmo y él también.
Sin que yo hubiera tocado su pene, él eyaculó! Jajaja! Me sentí muy orgullosa de mí misma.
Después de que él eyaculara y pusiera sus pantalones perdidos (se veía la corrida desde fuera), dijo que nos volveríamos a ver y me dejó en casa.
Fue muy divertido comprobar que puedo hacer que un hombre se corra sin tocarlo, pero decidí no volver a quedar con él.